Comarca de Campo de Borja

Comarca de Campo de Borja: tradición, vino y patrimonio en el noreste de Zaragoza

La comarca de Campo de Borja se extiende en el noreste de la provincia de Zaragoza, en un espacio de transición entre las montañas del Sistema Ibérico y el valle del Ebro. Limita con Navarra al norte, el Somontano del Moncayo al oeste, Ribera Alta del Ebro al este, y las comarcas del Aranda y Jalón Medio al sur. Su relieve está formado por suaves altiplanicies que oscilan entre los 350 y los 700 metros de altitud.

Una de sus características climáticas más notables es el cierzo, un viento frío y seco que marca el carácter del paisaje y de quienes lo habitan. El territorio lo componen dieciocho municipios, siendo Borja su cabecera comarcal. Esta localidad, situada junto al río Huecha y a poco más de 60 kilómetros de Zaragoza, cuenta con un rico pasado que arranca en la cultura ibérica, cuando se conocía como Borsau.

Borja y sus pueblos: historia viva entre calles y palacios

Borja conserva elementos del periodo musulmán en el trazado de sus calles y en los restos de su castillo. Entre sus joyas arquitectónicas destacan la Colegiata de Santa María, la iglesia de San Miguel —hoy museo arqueológico— y la pintoresca plaza del Mercado. Al norte, en la frontera con Tarazona y el Moncayo, se encuentra Bulbuente, que evoca la época renacentista en sus casas-palacio y en el edificio del Ayuntamiento.

La ruta sigue hacia Ambel, antigua sede de una encomienda sanjuanista, donde aún se conservan el palacio acastillado de Monserrate y la capilla de las Santas Reliquias. Muy cerca se halla Maleján, conocido por su fuente natural del Cerezo y por un curioso museo al aire libre: la Fuente del Molino. Ainzón, por su parte, destaca por sus casas nobles, su iglesia barroca y por ser cuna del cineasta Alfredo Mañas.

Tabuenca, Magallón, Agón y otras joyas del sur y norte comarcal

Al sur, Tabuenca sorprende con su ayuntamiento renacentista, restos arqueológicos, torre mudéjar e iglesia dedicada a la Virgen de Rodanas. Allí nació el catedrático J. Camón Aznar, fundador del museo homónimo en Zaragoza. Más allá, Talamantes se esconde en lo profundo del barranco de La Mina, a los pies del Moncayo, y es destino habitual de cazadores.

Retomando el curso del río Huecha, se llega a Albeta, con termas romanas, un antiguo molino y un manantial de aguas medicinales conocido como “el Ojo”. Magallón, con tradición alfarera, conserva iglesias, palacios y calles con esencia judía y musulmana. Agón es una villa amurallada donde apareció el célebre “bronce de Agón”. Su iglesia mudéjar alberga una valiosa talla gótica de Nuestra Señora de Garañul.

Tradiciones, cine y arquitectura popular

En Alberite de San Juan destaca una tradición singular: cada 27 de septiembre, los mozos “roban judías barrochas” para compartirlas al día siguiente. Bisimbre es recordada por el rodaje de Nobleza baturra, película que marcó a sus habitantes. En Bureta, la economía gira en torno a la fábrica de conservas, la ganadería y el palacio de los condes de Bureta.

Fréscano sorprende con su ermita de frescos románicos, yacimientos y el palacio de los Villahermosa. En Mallén destacan el Paseo del Puy, palacios como el de las Navas o el de los Zapata, y la singular casa de los Frontines. Novillas conserva el palacio de los Comendadores y el museo del Labrador. Finalmente, Pozuelo de Aragón y Fuendejalón son reconocidos por su tradición jotera, cuna de grandes voces aragonesas.

El alma del Campo de Borja: la garnacha

La historia del vino en el Campo de Borja está íntimamente ligada a su identidad. La primera referencia documental al cultivo de la vid en la zona data de 1203, en archivos del Monasterio de Veruela. Muchas bodegas, tanto monacales como particulares, se ubicaban en cabezos o bajo las casas del pueblo.

Desde 1980, sus vinos cuentan con Denominación de Origen. Según el reglamento, al menos el 50 % del vino debe elaborarse con uva garnacha, variedad emblemática de la zona. Esta tradición vitivinícola, junto con el cultivo del cereal y del olivo, sostiene la economía de la comarca y da forma a su paisaje cultural.