Comarca de Cinco Villas

Comarca de Cinco Villas: historia viva del arte románico en el noroeste de Zaragoza

En el noroeste de la provincia de Zaragoza se extiende la comarca de las Cinco Villas, un territorio donde el arte y la historia conviven con paisajes variados y una arquitectura inconfundible. Desde los Pirineos hasta el río Ebro, esta comarca ofrece una gran diversidad geográfica, apenas interrumpida por las sierras prepirenaicas al norte. Sus pueblos, de calles estrechas y muros de piedra, destacan por un estilo tradicional con carácter señorial.

Raíces históricas y señas de identidad

Las Cinco Villas se adentran como una cuña en Navarra y Huesca. En tiempos, formaron parte del Reino de Pamplona bajo Sancho el Mayor, y más tarde pasaron a la Corona de Aragón, donde Sancho Ramírez impulsó su desarrollo otorgando fueros a las villas. Hoy, la comarca está compuesta por 31 municipios, siendo una de las más pobladas de Aragón.

Cinco localidades dan nombre a la comarca: Sos del Rey Católico, Uncastillo, Sádaba, Tauste y Ejea de los Caballeros. Tradicionalmente, Sos fue la capital histórica hasta que Ejea asumió el liderazgo económico.

Sos del Rey Católico: cuna de un monarca

Sos del Rey Católico es una villa fortificada cargada de simbolismo. Allí nació Fernando el Católico, en el palacio de Sada. El casco urbano conserva un trazado medieval de gran belleza, con su plaza irregular, el Ayuntamiento renacentista y una iglesia que mezcla románico y gótico. Bajo el templo, una cripta conserva murales medievales con una intensidad cromática excepcional.

Uncastillo: arte románico en cada rincón

Uncastillo es una joya del arte medieval. Reúne seis iglesias, un castillo y un palacio renacentista que conforman un conjunto urbano de gran valor. Destaca la portada de Santa María, obra maestra del románico, y el templo de San Martín de Tours, sede del Centro de Arte Religioso del Prepirineo. El Ayuntamiento, del siglo XVI, completa este recorrido artístico con su elegante fachada decorada con pináculos y gárgolas.

Sádaba, Tauste y Ejea: entre templos y legado histórico

En Sádaba, el arte gótico y romano conviven en templos, casonas y en elementos singulares como el mausoleo de los Atilios o la iglesia del Cristo Marinero. A las afueras, las iglesias de Puylampa y Cambrón suman valor espiritual y artístico al entorno.

Tauste, la más meridional de las Cinco Villas, destaca por su torre mudéjar octogonal y por una intensa vida económica. Su canal, una gran obra hidráulica del siglo XVI, extiende su influencia a lo largo de 45 kilómetros.

Ejea de los Caballeros, actual capital comarcal, es una ciudad activa donde confluyen los ríos Arba de Biel y Arba de Luesia. Su iglesia de San Salvador, con retablo gótico, da la bienvenida al visitante. De origen musulmán, su transformación en ciudad se remonta al siglo XII.

El esplendor románico en las Cinco Villas

El siglo XII marcó el apogeo del románico en la comarca. En muchos de sus pueblos se conservan iglesias con influencias del Maestro de Agüero y del Maestro Esteban, cuyas esculturas monumentales se reconocen por sus ojos abultados y marcada expresividad. Es habitual encontrar varios templos románicos en una misma localidad, lo que convierte la comarca en un auténtico museo al aire libre.

Rincones con arte y paisajes únicos

Más allá de los núcleos principales, otros municipios de las Cinco Villas también sorprenden. En Cambrón y Puylampa, por ejemplo, la arquitectura religiosa se combina con parajes naturales. Las lagunas endorreicas que rodean Sádaba aportan valor ecológico. En los pueblos menores, el estilo mudéjar se manifiesta en torres e iglesias, como en Tauste, Val de San Martín, Mainar, Romanos y Villarreal de Huerva.

Ruta del arte mudéjar y más allá

La Ruta Mudéjar permite descubrir algunos de los mejores ejemplos del estilo declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO. Comienza en Villarreal de Huerva y recorre Mainar, Daroca, Romanos, Villar de los Navarros y Herrera de los Navarros, donde la arquitectura religiosa y defensiva se funden en un mismo espacio.