Dirección
Biescas, Huesca
GPS
42.6285893, -0.3215867
En el corazón del Alto Gállego, a las puertas del majestuoso Valle de Tena, se encuentra el Dolmen de Santa Elena, un rincón cargado de historia y misterio. Este monumento megalítico, parte del conjunto monumental del santuario de la patrona de Biescas, es un testimonio silencioso de las antiguas civilizaciones que habitaron estas tierras. Aunque el dolmen original contaba con dos estructuras, hoy solo queda uno, ya que el otro fue destruido durante la Guerra Civil. Sin embargo, su presencia sigue siendo imponente, evocando un pasado remoto que invita a la reflexión.
El dolmen se sitúa estratégicamente cerca del camino que lleva a la ermita de Santa Elena, un lugar de peregrinación y devoción que atrae a visitantes de toda la comarca. Este conjunto, que incluye la ermita, la fuente y el dolmen, es uno de los centros de religiosidad más importantes del Alto Gállego. Cada año, varias romerías de los pueblos de la Tierra de Biescas y el Valle de Tena se dirigen a este enclave, manteniendo viva una tradición que se remonta a siglos atrás.
El entorno natural que rodea al Dolmen de Santa Elena es simplemente espectacular. La belleza del paisaje pirenaico, con sus montañas imponentes y valles verdes, ofrece un marco incomparable para este monumento. La tranquilidad del lugar, interrumpida solo por el murmullo del viento y el canto de los pájaros, proporciona una experiencia única para quienes buscan conectar con la naturaleza y la historia al mismo tiempo.
Visitar el Dolmen de Santa Elena es una oportunidad para sumergirse en la rica herencia cultural del Alto Gállego y descubrir un rincón de España donde el tiempo parece haberse detenido. Ya sea por su valor histórico, su importancia religiosa o la belleza de su entorno, este lugar tiene algo especial que ofrecer a cada visitante. No pierdas la oportunidad de explorar este tesoro escondido y dejarte cautivar por su magia ancestral.
