Dirección
Calamocha, Teruel
GPS
40.9198824, -1.299434
En el corazón de la comarca del Jiloca, en la pintoresca localidad de Calamocha, se alza el Puente romano de Calamocha, un testimonio silencioso de la historia que ha visto pasar siglos de viajeros y comerciantes. Este puente, declarado Bien de Interés Cultural en 2001, es un vestigio de la antigua calzada romana que unía Córdoba con Zaragoza, uniendo no solo territorios, sino también culturas y gentes.
El puente, que atraviesa el río Jiloca, es una obra de ingeniería que ha resistido el paso del tiempo, aunque no sin sufrir transformaciones. A lo largo de los siglos, especialmente durante la época medieval y el siglo XVI, el puente ha sido objeto de varias modificaciones que han dejado su huella en su estructura. En 1992, debido a su deteriorado estado, fue restaurado para preservar su integridad y seguir contando su historia a las generaciones futuras.
Arquitectónicamente, el Puente romano de Calamocha es una joya de la antigüedad. Consta de un solo arco de 6 metros, construido en sillería, que se alza con elegancia sobre el río. El tablero del puente es apuntado, y aunque no conserva sus pretiles originales, su estructura sigue siendo un ejemplo impresionante de la ingeniería romana. Pasear por este puente es como caminar sobre las huellas de la historia, sintiendo el eco de los pasos de aquellos que lo cruzaron hace siglos.
El entorno del puente es igualmente encantador. Calamocha, con su ambiente acogedor y su rica historia, ofrece a los visitantes una experiencia auténtica de la vida en la comarca del Jiloca. La belleza natural del río y los paisajes circundantes hacen de este lugar un destino ideal para los amantes de la historia y la naturaleza.
Visitar el Puente romano de Calamocha es una invitación a viajar en el tiempo, a descubrir los secretos de una época pasada y a disfrutar de la serenidad de su entorno. No pierdas la oportunidad de conocer este rincón histórico de Aragón, donde cada piedra cuenta una historia y cada paso es un viaje al pasado.
