Dirección
Anzánigo, Huesca
GPS
42.4022125, -0.6500413
Escondida entre las colinas del Alto Gállego, la Ermita de la Virgen de Izarbe es un tesoro oculto que espera ser descubierto por los viajeros más curiosos. Situada a unos dos kilómetros al norte de Anzánigo, una pedanía de Caldearenas, esta ermita es un vestigio de una población que alguna vez floreció en esta región. Para llegar, los visitantes deben aventurarse por una pista que se abre paso entre dos postes metálicos, cruzando el barranco de Bernués sobre un vado de cemento. La travesía en coche termina a unos doscientos metros de la ermita, donde una cadena impide el paso, dejando un pequeño espacio para estacionar y girar.
La ermita, aunque modesta en su apariencia, está impregnada de historia y misterio. Rodeada de pedregales que atestiguan la existencia de antiguas edificaciones, se erige como un recordatorio de la vida que una vez animó estas tierras. La estructura, sencilla pero evocadora, invita a los visitantes a imaginar cómo era la vida en esta altura circunvalada por el barranco. La atmósfera tranquila y el entorno natural hacen de este lugar un refugio perfecto para aquellos que buscan un momento de paz y reflexión.
El entorno de la ermita es igualmente cautivador. La comarca del Alto Gállego, con sus paisajes montañosos y su rica biodiversidad, ofrece un sinfín de oportunidades para los amantes de la naturaleza. Desde senderismo hasta la observación de aves, cada rincón de esta región promete una nueva aventura. Además, la cercanía a Caldearenas permite a los visitantes explorar la cultura y la gastronomía local, enriqueciendo aún más la experiencia.
Visitar la Ermita de la Virgen de Izarbe es más que una simple excursión; es un viaje al pasado, una conexión con la historia y un encuentro con la naturaleza en su forma más pura. Así que, si buscas un lugar que combine historia, cultura y belleza natural, no dudes en incluir esta joya escondida en tu itinerario. ¡La Ermita de la Virgen de Izarbe te espera con los brazos abiertos!
